diumenge, 6 de maig del 2012

La estrategia de la confusión

Pecamos de muy ingenuos cada vez que decimos que los gobiernos se comunican mal. Lo decimos mientras miramos con avidez los periódicos buscando detalles para saber por dónde van a ir nuestras vidas o qué se nos recortará hoy. Buscamos mensajes que huyan de lo ambiguo, buscamos paz, buscamos respuestas. El resultado, para cualquiera con mínimas nociones de las reglas básicas de la comunicación, es desolador. Una gran falta de concreción que asusta, demasiadas voces que parecen discordantes pero que se retro-alimentan… un desaguisado tan dantesco y enorme que es imposible que una organización de ese tipo no tenga controlado. Al final, todo es teatro. Una especie de orquesta en el que cada uno desempeña un papel predeterminado y perfectamente diseñado por un director. Nada es baladí. Nada escapa a su ojo controlador, ni tan siquiera la oveja descarriada que cada vez que abre la boca siembra vientos huracanados. En nuestro teatro político, hay un protagonista atormentado que lucha contra sus pasiones para tomar las decisiones correctas pese a que sus instintos le tientan. Tiene siempre un antagonista, cuya única misión es oponerse, ponerle la zancadilla al héroe, darle el traspiés. No nos falta nunca el bufón que anima el sainete, ni la doncella valerosa, que lucha contra viento y marea para permanecer indemne a su trágico destino. Ni el rey, ni la reina, ni el tirano… siquiera se olvidan del anciano, ni la criada que lleva chismes de un lado para otro de la escena… ni el apuntador. Y a nosotros, nos falta el guión para entender la trama, pero es de forma deliberada. No es que se comuniquen mal, es que escogen desinformar, asustar, sembrar duda, jugar a escandalizarnos… jugar a ver qué pasa sí y luego no. Es un detallado guión de marketing político, la estrategia de la confusión, el caos. La practican todos, desde la derecha hasta la izquierda. Les sale a cuenta porque nos aturde y atonta. Nos entretiene, nos cansa, nos tiene perplejos mientras ellos piensan y deciden. Es básico. Está en el Manual y supone la biblia de este delicado y complicado mundo de la política. Porque ellos son actores… pero nosotros somos marionetas.

dissabte, 14 d’abril del 2012

Se busca líder

El líder es alguien que escucha. No le asustan las ideas nuevas, es más, está dispuesto a abrir su mente a nuevos enfoques para encontrar otras soluciones que le puedan pasar por alto. El líder es alguien que sabe que si las cosas se hacen cada día de la misma forma es imposible ser creativo y alcanzar retos. El líder no grita porque no le hace falta. No causa temor, infunde respeto.
El líder se rodea de personas más inteligentes que él porque sabe que eso suma esfuerzo y talento. Sabe que debe adaptarse como un camaleón. Que hay momentos para integrarse en el paisaje y momentos para sobresalir. Es alguien con ideas claras y métodos claros pero dispuesto a hacer concesiones. Sabe sus límites pero está dispuesto a superarlos.
El líder es cauto y racionaliza pero al mismo tiempo valora las emociones y cómo sus actos afectan a las personas.
El líder sabe cuando hablar y cuando callar y siempre da la cara, aunque sea para recibir incomprensión o quejas.
El líder es sencillo, pero brilla.
El líder está dispuesto a tomar decisiones arriesgadas que no gusten... si las cree justas, incluso a riesgo de perder votos o prebendas. Sabe que quizá su liderazgo será valorado por la historia, no por sus contemporáneos.
El líder también tiene miedo, a veces mucho, pero se lo traga.Sabe cómo canalizarlo, como transformarlo en trabajo, en esfuerzo. Su miedo no es el de un cordero que espera manso su turno en el matadero, es el de una madre cinco minutos antes de dar a luz, cuando la ilusión y las ganas vencen al dolor y la incertidumbre.
Un líder usa las palabras, nunca de las come. No se cree mejor que nadie pero se respeta a sí mismo.
Se equivoca y lo admite. Fracasa y se levanta. Sabe que puede, piensa que puede. El líder no es ni duro ni blando, es resistente pero flexible.
El líder tranquiliza, actuá de bálsamo, hace de guía.
Se busca líder.
Razón : un pueblo demócrata y desesperado
Abstenerse aspirantes con ánimo de lucro.

No es país para viejos

a Sra Christine Lagarde, directora gerente del FMI, decía hace unos días que ahora la gente “vive más de lo esperado” y que eso pone en peligro el sistema de pensiones. La solución : habrá que recortarlas. A tajo, con el corta-césped que usan ahora los gobiernos para dejarnos esquilados y sin ganas.
Hemos llegado a ese punto en que nos planteamos en quienes vale la pena o no invertir, qué ciudadanos merecen seguir viviendo y cuáles se merecen o no entrar en una lista de espera. ¿Estamos cruzando esa linea? Porque eso no tiene nada que ver con el racionalizar el gasto público, suprimir organismos duplicados e inútiles o poner freno al déficit. Eso es anti-democrático, ilegítimo y de una falta de ética monumental. Qué lo diga la Sra Lagarde, a riesgo de no saber cuánto va a vivir ella, pero teniendo claro que la mantendremos entre todos y que se retirá con un sueldazo que provoca arcadas... eso es pasar una linea. La de la decencia.

Llevamos años pagando entre todos para formar a profesionales que han trabajado e investigado para garantizarnos una mejora de la calidad de vida. Hemos conseguido a una sanidad pública que era ejemplar y una población longeva. Y ahora ¿os molestan? ¿Por qué se os acaba en dinero guardado que no habíais derrochado construyendo aeropuertos inútiles o pagando dietas abusivas? ¿porqué si pagáis sus pensiones os quedáis sin las vuestras que las multiplican por 5?
No les regaláis nada a nuestros abuelos, nada. De entrada, muchos se ocupan de nuestros hijos para ayudarnos a soportar el entramado de una sociedad que no concilia gracias a vosotros. Han pagado toda la vida sus impuestos y han trabajado para ahora, retirarse con una dignidad, que ya es mínima considerando lo que les queda.

La Sra Lagarde dice que los abuelos “viven más de lo esperado” y eso hunde el sistema de pensiones.
No Sra Lagarde, lo que hunde el sistema es la ineptitud, la mala gestión, el despilfarro en dietas, el dinero público destinado a la banca para que siga sableándonos la cuenta. Lo hunden los múltiples organismos creados para hacer de contra-poder, las prebendas y corruptelas políticas, las comidas a cargo del contribuyente, los coches oficiales, los aeropuertos vacíos, las obras destinadas a enriquecer a amiguetes con adjudicación a dedo... el subsidiar sin mirar a quién... ¿sigo?.. seguro que no hace falta.
Los jubilados viven más de lo esperado... si cree que sobra gente, no se me ofensa, usted misma puede ir despejando camino.

A mí no me sobra nadie.